Riesgo de desastre y conflicto medioambiental

Noviembre 8, 2023
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Noviembre 8, 2023 GRID Chile

Producción de factores de riesgo ante futuros desastres en el territorio local: El caso de La Dormida y el Valle de Limache y Olmué 

En la presente columna comparto algunas reflexiones con respecto al conflicto medio ambiental en las comunas de Limache y Olmué, ambas de la Región de Valparaíso y la reducción del riesgo de desastres (RDD). Básicamente acerca de cómo la acción del Estado y de grandes empresas puede afectar la condición de vulnerabilidad ante el riesgo de desastres en dichas comunas, especialmente en el sector de La Dormida, área enclavada en la Cordillera de la Costa. 

En los últimos años, la sociedad en general ha tomado conciencia de los riesgos que acarrean los procesos de desarrollo y modernización, tanto a nivel global como en cada Estado-Nación. Convengamos de hecho, que el concepto “desastres naturales” es parte de una vieja nomenclatura, pues entendemos que los desastres son socionaturales o antropogénicos, en tanto los factores de vulnerabilidad obedecen principalmente a factores político-institucionales, socioeconómicos, culturales y  psicosociales, así como también no solo existen amenazas naturales, sino que también existen amenazas antrópicas. Una de las principales causas de este tipo de incidentes críticos es la falta de planificación integral, prevención y mitigación de riesgos que puedan existir, esto dentro de un territorio determinado como campo de poderes tensionados entre el rol del Estado, los intereses de las grandes empresas privadas y los intereses de la ciudadanía, especialmente la organizada a través de comunidades, movimientos u otro tipo de agrupaciones sin fines de lucro que conviven en un mismo territorio. Un ejemplo actual de ello corresponde al desastre antrópico ocurrido lentamente en la denominada “Zona de Sacrificio Quintero-Puchuncaví”. Un tipo de desastre que se extiende en el tiempo y por mucho, silencioso. No obstante quiero focalizarme en cómo actualmente, gracias a la acción directa del Estado chileno, centralizado, se están configurando factores de riesgo de desastre en el valle de Limache y Olmué, en ambas comunas de la Región de Valparaíso, especialmente en el sector de La Dormida. 

Actualmente se encuentra en proceso de ejecución la línea de transmisión eléctrica de alto voltaje (500 kV) Cardones-Polpaico, la cual une la Región de Atacama con la Región Metropolitana. Si bien favorece la transmisión de energías limpias al desarrollo del país, el diseño no consideró que parte de su trazado cruzaría la zona de amortiguación de la Reserva de la Biosfera La Campana-Peñuelas, así como no se consideró la efectiva participación de las comunidades que habitan el territorio por donde se instalarán las torres, específicamente en el Valle de Limache y Olmué. Ambas comunas son parte de la mencionada reserva y desde hace más de una década enfrentan una cruda crisis hídrica, sequía, con efectos directos en las formas de vida de sus habitantes, pues no solo afecta el consumo de agua para la agricultura y el del ganado, sino que también para el consumo humano y el desarrollo del turismo. 

El trazado cruza la Comuna de Limache desde el norte por el Embalse Los Aromos, sector en donde además se pretende construir la Termoeléctrica Los Rulos, conectada al mismo sistema. El trazado sigue por el límite con la comuna de Villa Alemana, cruza el sector de Llilulliu y recorre las altas cumbres del Cordón Cerros Altos de Colliguay, límite con la Comuna de Quilpué, específicamente el Fundo La Providencia, y las comunidades de Quebrada Alvarado y La Dormida en la Comuna de Olmué, afectando la fauna nativa, entre la que se cuentan vizcachas (Lagidium viscacia), zorros chillas (Lycalopex griseus), aguiluchos (Buteo polyosoma) y cóndores (Vultur gryphus), y la flora, como por ejemplo el quillay (Quillaja saponaria), chaguales (Puya berteroniana) y robles  (Nothofagus macrocarpa) y la poco conocida Paramela de Tiltil (Adesmia Resinosa), exclusivamente endémica de esas montañas y en peligro crítico de extinción (Ministerio de Medio Ambiente, 2012). En dicho cordón, las torres de alta tensión ya en construcción bordean una pirca colonial (Briceño & Praus, 2012) que define los viejos y actuales límites de los predios agrícolas hasta el Cerro La Vinchuca (1.552 m/s/n/m), en donde el trazado pretende cruzar de suroeste a este la Comunidad Agrícola La Dormida, bordeando el Cerro Las Vizcachas (2.046 m/s/n/m) hasta cruzar por la Cuesta de La Dormida (1.272 m/s/n/m), interviniendo el antiguo relave de la Mina La Ramayana, a unos 1.300 m/s/n/m.

Comprendemos que el riesgo de un desastre corresponde a una construcción social (Narváez, Lavell, Pérez, 2009), y que a su vez este se constituye en base a la relación dialógica entre las vulnerabilidades (Wilches Chaux, 1989) o los factores de vulnerabilidad (Chardon, 2008) y las amenazas (Campos, 2004), las cuales pueden ser naturales o antropogénicas. En este caso en particular, son antropogénicas. O bien, en otras palabras la vulnerabilidad ante el riesgo de desastres corresponde a la probabilidades de que un individuo o un grupo de ellos, esté expuesto a una amenaza, sea ésta de origen natural o antropogénica (Chardon, 2008). Esta es generada por diversos factores asociados a procesos físico-naturales, socioeconómicos, técnicos, políticos-institucionales y funcionales (Chardon, 2008). En ese sentido, la vulnerabilidad también implica ineficacia que pueden tener los Estados y las comunidades tanto como para anticipar los efectos de un desastre, su capacidad de resistir a éste y la generación de resiliencia asociada a la recuperación (Romero & Vidal, 2015). 

En ese sentido, con respecto a los Factores de vulnerabilidad Político-Institucionales ante el riesgo de desastres, debemos considerar el rol del Estado, centralizado, en donde la toma de decisiones se barajan y se zanjan desde un nivel central, sin considerar a cabalidad la realidad socionatural de las comunidades que habitan en regiones. Eso, desde mi punto de vista, implica una arista técnica y una arista política. Técnica desde el punto de vista que son las comunidades que habitan el territorio los expertos en el mismo territorio, por lo tanto, quienes definen de qué forma la intervención afecta sus formas de vidas y su relación directa con el medio. Además, la ejecución del mencionado proyecto no contempla ninguna medida a corto plazo con respecto a la gestión del riesgo de desastres al intervenir un relave minero localizado a metros de las viviendas de la Comunidad de La Dormida y de la Escuela Rural de La Ramayana, por lo que una intervención que está orientada a mejorar la eficiencia energética afecta la eficiencia que podamos tener en la reducción del riesgo de desastres. Política en el sentido que el territorio es intervenido bajo una lógica que emana desde el nivel central, sin capacidad de toma de decisiones de los actores sociales y políticos locales. El viejo modelo de Estado portaliano se hace presente. El modelo de un Estado centralizado resta poder y toma decisiones en las administraciones locales que ostentan la capacidad de gobernar localmente. Al respecto, hay que entender que el territorio se convierte en un espacio social, en virtud de una lucha de poderes, en este caso entre el Estado, las empresas privadas y las comunidades que habitan dicho territorio. De esa forma, los factores de vulnerabilidad político institucionales se articulan con los factores de riesgo socioeconómicos y con los factores de riesgo psicosociales. 

Desde el punto de vista de los factores de vulnerabilidad socioeconómicos, la diferenciación de clases sociales deviene en factor de vulnerabilidad. En ese sentido, entendiendo el territorio como campo de juego de poderes, la clase social dominante del país, a través de una política de Estado sobre generación de energías, aplasta la realidad social y económica de las localidades del valle de Limache y Olmué. En otras palabras, no son los habitantes de La Dormida, provenientes de clases medias y bajas, quienes definen en este contexto la modificación de su territorio, sino que son aquellas clases medias altas y altas que ostentan el poder a través del control del Estado, y quienes probablemente vivan en un reducido territorio en el barrio alto de Santiago, como efecto inequívoco e indirecto de un habitus territorial (Vargas, 2017).  Dicho esto, corresponde a un factor de vulnerabilidad socioeconómico ante riesgo de desastres, porque ante un posible desastre químico o aluvión, los medios de producción de los habitantes de La Dormida se verían afectados directamente, haciendo más difícil la posterior recuperación. Además, ya con la sola presencia de las torres de alta tensión asumirían el costo ambiental como la pérdida de fertilidad del suelo de los predios de la comunidad local. 

Desde el punto de vista de los factores de riesgo psicosociales, en general el tipo de Individuo producido en Chile actualmente está focalizado en primero que todo, articular su propia experiencia de vida (Dubet, 2004), y en superar todas las pruebas societales que se presentan en su trayectoria de vida (Araujo & Martuccelli,  2012), ensimismado por el consumo y el exitismo, en desmedro de un sentir colectivo más allá del núcleo familiar o en la promoción de comunidad. El modelo Capitalista Neoliberal chilensis requiere y produce un tipo de individuo, en tanto producción cultural e histórica, como forma de control de cuerpos, mentes y sentimientos por la clase dominante, lo que deriva en la escasa capacidad de respuesta que tienen las clases oprimidas, mayoritarias en el valle de Limache y Olmué, ante un proyecto de tales características. En otras palabras, los individuos en su mayoría son sujetos enfocados en superar las pruebas societales que se les presentan en la vida, desde el acceso a la salud y a la educación, la búsqueda de legitimidad en los espacios de socialización, amical y familiar, la búsqueda de empleo y la dificultad de mantener una posición dentro de la estructura de clases, hoy en día más bien desde las subjetividades y la distinción de consumo cultural, el mérito, la parentalidad, el ideal de independencia, en desmedro de un actor social con la capacidad de modificar su realidad social, en su propio hábitat, y de forma colectiva y comunitaria. Esta condición, desde mi punto de vista, histórica más que estructural, o sea fluída, deviene en factor de vulnerabilidad pues al existir redes sociales débiles, existe menos capital social y, por tanto, menos probabilidades de generar comunidades resilientes para enfrentar nuevos desastres.

El territorio es un campo de transformaciones de diversa índole. Dichas transformaciones no solo basan su cambio en la estructura y en el paisaje, sino que también en la producción de significado de este (Aliste, 2010) lo que lo convierte en lugar. El territorio en tanto, al ser campo de distintas transformaciones, se convierte en un campo de juegos de poder, en donde, en este caso particular, la clase dominante a través de la acción del Estado oprime el accionar de las comunidades del valle de Limache y Olmué, en especial de los habitantes de La Dormida. Y es a través de este accionar que el mismo Estado propicia o exacerba factores de vulnerabilidad ante el riesgo de desastre, disminuyendo la capacidad de gestión para la reducción del riesgo, especialmente desde la acción local. Por lo tanto, el Estado y demás actores sociales, ante este tipo de proyectos, debieran tener la capacidad de desarrollar una gestión prospectiva de los riesgos y no lo contrario; considerar que son las comunidades quienes han sabido habitar sus territorios y relacionarse con su medio y los problemas que éste contiene, en tanto se promociona el capital social como recurso base para el desarrollo de proyectos acordes al territorio en donde se desarrollarán, en tanto la acción comunitaria se desarrolla como forma de prevención. 

Referencias:  

  • Aliste, E. (2010) Territorio y Ciencias Sociales: Trayectorias espaciales y ambientes en debate. En Aliste, E. y Urquizar, A Medio Ambiente y Sociedad. Conceptos, metodologías y experiencias desde las ciencias sociales y humanas. Ril Editores. (pp 55-73) 
  • Araujo, K.; Martucelli, D. (2013). Desafíos Comunes. Retrato de la sociedad chilena y sus individuos. Chile: LOM Ediciones
  • Briceño, C; Praus, V. (2012), Manto Topográfico. Pircas de la Cordillera de Colliguay. Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. 
  • Campos, A. (2004). De cotidianidades y utopías. Una visión psicosocial preventiva sobre los riesgos de desastre. LA RED, Editorial Plaza y Valdés. México. 
  • Chardon, A. (2008).  Amenaza, vulnerabilidad y sociedades urbanas. Una reflexión desde la dimensión institucional en Gestión y Ambiente. Seccional Medellín v.11 fasc.1 (pp.28-46.).  ISSN: 0124 177X  Colombia.
  • Dubet, F. (2010) Sociología de la Experiencia. España. Editorial Complutense. 
  • Ministerio de Medio Ambiente (2012) Ficha de Antecedentes de Especie: http://www.mma.gob.cl/clasificacionespecies/fichas9proceso/FICHAS_INICIO_9o_PROCESO_PDF/Adesmia_resinosa.pdf
  • Narváez, L.; Lavell, A.; Pérez,,G. (2009). La Gestión del Riesgo de Desastres. Un enfoque basado en procesos. Proyecto Apoyo a la Prevención de Desastres en la ComunidadAndina. Perú. PREDECAN.
  • Romero, H.; Vidal, C. (2015). Exposición, Sensibilidad y Resiliencia ante los desastres de las Ciudades de Concepción-Talcahuano, Chile Central. En Vulnerabilidades y Desastres Socionaturales: Experiencias recientes en Chile. Centro de Investigación en Vulnerabilidades y Desastres Socionaturales (CIVDES), Chile: Universidad de Chile. (pp. 12-27). 
  • Vargas, M. (2017). Concentración territorial del poder, segregación socio-espacial y legitimidad del orden. El caso de Santiago de Chile. Tesis para optar al grado académico de Doctora en Ciencias Sociales, Universidad de Chile. 
  • Wilches-Chaux, G. (1993) La vulnerabilidad global en Los desastres no son naturales, Maskrey Andrew (coord.). Lima: La RED. (pp. 11-44)

Francisco Jorquera Santis

Psicólogo, Magíster en Ciencias Sociales mención Sociología de la Modernización, Diplomado en Prevención Psicosocial en Desastres y Diplomado en Prevención del Delito a Nivel Local. Consultor para el diseño de Planes de Desarrollo Comunal, Diagnósticos y Planes de Seguridad Ciudadana a nivel local. Socio de GRID Chile.